Cierre de año legislativo: La diputación, un espacio de trabajo en el territorio
Al cerrar este año legislativo, vuelvo a una convicción que me acompaña desde el primer día: la diputación y el trabajo en el territorio no son un complemento de la política, son su brújula ética. Estar cerca, escuchar, volver a mirar a los ojos y dar la cara en cada barrio, en cada pueblo, es el faro que ilumina nuestras decisiones. Esa cercanía no es un gesto; es una forma de hacer política que ordena prioridades y exige coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos.
El primer año de gobierno de Yamandú Orsi confirmó que gobernar con cercanía es posible y necesario. El Presupuesto refleja esa mirada: una apuesta clara por la salud, por el interior del país, por una inversión en infraestructura histórica y por una descentralización real del gasto público. Hay más inversión en obras y transporte, una presencia fuerte del Estado en vivienda y un impulso decidido a las economías del interior, con políticas que reconocen las asimetrías y buscan corregirlas.
También hay señales claras en educación. Más inversión en la educación pública, más becas para estudiantes de secundaria, más financiamiento para primaria y un fortalecimiento del Plan Ceibal como política estratégica de igualdad de oportunidades. Estas decisiones no son abstractas: impactan en la vida cotidiana de miles de familias y abren caminos para que nadie quede atrás.
A lo largo de este año, insistí —como lo he hecho en mis columnas— en que el desarrollo del interior no puede seguir esperando. El trabajo, la producción y las oportunidades no nacen solo en Montevideo. Se construyen en los departamentos, en las pequeñas y medianas empresas, en el comercio local, en el sector agroindustrial y en los servicios que sostienen la vida cotidiana. Por eso es clave una política laboral que mire a los jóvenes, que fomente el empleo de calidad y que acompañe a quienes emprenden y producen en el territorio, con reglas claras, apoyo técnico y acceso al crédito.
He sido claro también en un punto que considero irrenunciable: la honestidad y la transparencia no son consignas de campaña, son prácticas cotidianas. En tiempos de descreimiento, la política solo recupera sentido cuando se ejerce con sencillez, disciplina de trabajo y rendición de cuentas. El gobierno de Orsi ha dado señales firmes en ese camino, y desde esta banca seguiremos siendo parte de una forma de hacer política que no esquiva los problemas, que no promete lo imposible y que asume responsabilidades.
Asimismo, quiero destacar especialmente la importancia del programa Valija Viajera, una política concreta que pone en el centro el derecho a la lectura, el acceso a los libros y la igualdad de oportunidades desde la infancia. A lo largo de este período he venido impulsando gestiones sostenidas ante distintos organismos públicos —en particular del ámbito educativo y cultural— para fortalecer y ampliar este programa, convencido de que fomentar la lectura en escuelas, liceos y comunidades del interior es también una forma de construir ciudadanía, pensamiento crítico y futuro. La Valija Viajera no es solo una herramienta pedagógica: es una señal clara de que el Estado puede y debe estar presente, acercando cultura, conocimiento y oportunidades allí donde más se necesitan.
Otro eje central de este año fue el derecho a vivir con dignidad. La inversión en vivienda, el fortalecimiento de las políticas sociales y la presencia del Estado allí donde el mercado no llega son decisiones que hablan de un proyecto de país. No se trata solo de crecer, sino de cómo crecemos y para quiénes. Un Uruguay que se desarrolla dejando gente atrás no es el Uruguay que queremos construir.
Desde esta diputación, asumo el compromiso de seguir de frente, con los pies en el territorio y la mirada puesta en el futuro. De seguir trabajando pegado al Frente Amplio, respetando su identidad y su historia, pero sobre todo su razón de ser: transformar la realidad con justicia social. Renovamos así la voluntad de construir juntas y juntos el Salto que se viene y el Uruguay del futuro: un país desarrollado, más justo y solidario, donde nadie quede atrás.
